Tarot de la Verdad: El arte de la alquimia. Perfumes astrológicos.

sábado, 16 de abril de 2016

El arte de la alquimia. Perfumes astrológicos.

La base de la Alquimia era conseguir la transmutación.

Los antiguos alquimistas estaban convencidos de que si se pudiera extraer el alma de las plantas a través de las flores, y elaborar con ellas algún elixir, serían capaces de transmutar la materia.

Los alquimistas pensaban que era un alma prodigiosa la que permitía a las plantas absorber la luz y convertirla en materia. Ningún ser vivo podía hacer ese milagro ni esa función. Nadie. Sólo las flores conseguían evolucionar y acercarse a la perfección de su esencia.

Cuando fueron desapareciendo dejaron tras de sí una estela de frustración y desánimo, y el mundo al que pertenecían y toda su época pensó que su trabajo no había tenido ningún éxito, que no lo habían conseguido. Pero, sí. Sí lo consiguieron.

Las fórmulas que transcendieron permiten elaborar esencias y aceites que contienen el alma de las plantas y que cambian el sentido de las situaciones, la suerte de las personas y abren los caminos más cerrados. Siempre que en su elaboración y su utilización se respeten las coordenadas astrológicas y los valores para los que fueron creadas.

Un perfume es un trabajo alquímico.

Y es cierto que las flores tienen alma. En ellas, como suponían los antiguos alquimistas, habitan unas deidades encargadas de dibujar sus colores y elaborar sus aromas.

Aromas distintos, únicos.

Y esos aromas son los que con la luz y el aire, marcan los solsticios, las estaciones, y dependiendo de nuestra fecha de nacimiento determinan, de alguna manera, nuestra sensibilidad.

Aunque cada persona tenga su perfume preferido, debería añadir dentro del frasco, unas gotas de la esencia que alquímicamente le pertenece. Bastan 2 o 3 gotas. No se notará en el aroma, pero sí se notará en otras cosas.